En el trabajo de investigación de
un historiador, nos enfrentamos al reto de buscar fuentes para nuestros
estudios. Hasta ahí, nada que no se asemeje a cualquier otra disciplina que pretenda
hacer investigación.
El lugar de procedencia de dichas
fuentes suelen ser, principalmente, los Archivos y las Bibliotecas y el
material del que arrancan dichas investigaciones parten de documentos que
suelen estar catalogados, índizados y con suerte informatizados.
Lo curioso del caso, es el acceso
a dichos lugares. No todos pueden acceder a la documentación que se custodia en
los archivos, que son la base de lo que me he ocupado en esta entrada.
Recuerdo que para un trabajo de medieval,
en el que se hacía necesario la consulta de actas notariales, necesitaba un
permiso especial que debía otorgármelo el mismo profesor que me empujaba a
investigar dentro del archivo. Y lo más curioso, es que dicho permiso me
limitaba el acceso al material. Sólo podía acceder a lo que el permiso
pertinente me daba pase. Desde luego, hablo de un archivo público.
Sin embargo, aunque lo público no
parezca suficiente para las alas del investigador, también está el privado. Esos archivos suelen
estar mejor conservados, pero su accesibilidad no vale con la extensión de un
documento por parte del tutor de turno que garantice que yo sólo estoy
investigando y que ese es mi único propósito. En este tipo de archivos juega un
papel importante lo que algunos llaman “encanto personal”. En algún sitio leí
que ganarse al personal encargado de este tipo de archivos de titularidad
privada suele ser fundamental para acceder a su documentación. Como solía decir
uno de mis profesores de historia “es muy difícil poder acceder a ellos porque
a nadie le gusta que se rebusque entre sus cosas”.
Y si bien es cierto que acceder a
las fuentes para una investigación supone un envite burocrático de permisos,
firmas, confidencialidades, etc, es tan sólo el comienzo de la investigación.
El siguiente paso tras acceder a las fuentes es su estado de conservación. El paso del tiempo también hace estragos en
la documentación que guardan los archivos. Y lo peor no radica en esto
solamente, sino que además, dada la historia de nuestro país, en este caso, la
acción humana también ha hecho su intervención. Sin duda es milagroso que la
documentación original llegue a manos de los estudiosos sin lagunas, sin
pérdidas, con transcripciones fiables, sin que hayan sufrido actos de
vandalismo durante su camino por la historia del Hombre… Y cuánto más
retrocedemos en el tiempo para estudiarlo, más sujetos estamos a las propias
inclemencias de este.
Cuando los documentos llegan a
manos de un investigador de la historia, se enfrenta a problemas como su estado
de conservación, que sea legible (y a ello apelo a una de las ciencias
auxiliares de la historia: la paleografía, que sin duda comparte protagonismo
en esta fase de investigación), al dominio de lenguas muertas (como el latín),
su catalogación dentro del archivo al que pertenezca la documentación y una
cosa que agradecemos mucho a la hora de investigar: su informatización. Eso sí
que ahorra en tiempo al investigador. La informática, una tecnología que hace revitalizar
la labor del investigador que la pone a su servicio como un instrumento de
trabajo.
Pero en el trabajo de un
investigador no siempre se tiene claro lo que se busca. Hay ocasiones en las
que sí -y esas ocasiones son las mejores-, pero cuando se necesita encontrar
datos precisos sobre un tema muy concreto, la dificultad está en la casualidad
de encontrar lo que buscamos, dejando en manos del azar la continuación de
nuestra investigación, azar que no es exclusivo del estudio de la Historia
¿Acaso la manzana que le cayó en la cabeza a Newton cuando pensaba en su teoría
de la gravedad no fue casualidad también?
Con todo, y con una finalidad más
hacia estudiantes de historia cuya intención sea la de investigar, me veo
haciendo un repaso de la red de Archivos Públicos y Privados, que pueda
facilitarles su labor en el estudio del amplio espacio temporal que es la
Historia escrita del hombre. He aquí un resumen de ellos en España:
1.1. ARCHIVOS DE TITULARIDAD
ESTATAL:
- Generales:
- Históricos (Archivo de la Corona de Aragón (A.C.A.) (Barcelona), Archivo General de Simancas (A.G.S.) (Simancas), Archivo General de Indias (A.G.I.) (Sevilla), Archivo General del Patrimonio Nacional (Madrid), Archivo Histórico Nacional (A.H.N.) (Madrid)).
- Intermedios (Archivo General de la Administración Civil del Esado (A.G.A.) (Alcalá de Henares)).
- Administrativos (los de los Ministerios, Cortes Generales (Congreso y Senado), Consejo de Estado, Tribunales Supremos de Justicia y de Cuentas, organismos y empresas autónomas del Estado, etc).
- Regionales y de Distritos:
§
Históricos:
De Distritos Históricos (Archivo de la Real Chancillería de Valladolid y el
Archivo de la Real Chancillería de Granada) y Regionales Históricos (Archivo
del Reino de Valencia (Valencia), Archivo del Reino de Galicia (La Coruña),
Archivo del Reino de Mallorca (Palma) y el Archivo General de Navarra
(Pamplona)).
§
Intermedios:
Depósito Regional de Archivos de Cervera (Lérida).
§
Administrativos:
Archivos de las Audiencias Territoriales de Justicia y Archivos de las
Universidades.
- Provinciales: Archivos
Históricos Provinciales.
- Otros archivos con documentación
de ámbito estatal pero no dependientes de la Administración Civil
del Estado, como por ejemplo: Archivos Generales Militares de Segovia,
Guadalajara y Ávila, el Archivo General de la Marina “Álvaro de Bazán” (El Viso
del Marqués) el Archivo del Museo de la Marina Naval (Madrid) o el Archivo
Histórico del Ejército del Aire (Villaviciosa de Odón en Madrid).
1.2. ARCHIVOS DE COMPETENCIA
AUTONÓMICA:
- Archivos de la
Administración Autonómica.
- Archivos de la
Administración Local: Archivos de Diputaciones Provinciales, Archivos
Comarcales y Archivos Municipales.
2.1. ARCHIVOS ECLESIÁSTICOS:
Catedralicios, diocesanos, parroquiales, conventuales o monacales y los
derivados de otras instituciones eclesiásticas como colegiatas, hospitales,
cofradías, fundaciones y patronatos, etc.
2.2. ARCHIVOS PARTICULARES:
- Archivos Personales.
- Archivos Nobiliarios.
- Archivos Mercantiles y de
Empresas.
- Archivos de instituciones
privadas y corporaciones.
Hola Sonia. Me parece muy bien la descripción que haces del trabajo de investigación de un historiador. Así como dónde buscar los distintos archivos para encontrar la información que puede servir para la investigación histórica. Un abrazo
ResponderEliminarP.León
Gracias por tu seguimiento. Besos.
EliminarEncantado Sonia, me llamo Luis Enrique y aunque no tengo estudios en la materia, tengo un blog (yiyiyoyiblogspot.com) ´´Los Olave de Vitoria´´ , sobre investigacion genealógica basándome en la lectura de escritos y pleitos en PARES. He sacado mucha informacion del tuyo, ya que es muy interesante.
ResponderEliminarBueno un saludo.
Gracias Luis Enrique. Me alegra saber que te ha servido de ayuda. Saludos.
Eliminar¿Eres paleografa , Sonia?
EliminarNo Luis Enrique, pero he cursado Paleografía en la carrera de Historia. Desde luego, es una asignatura que me ha enseñado bastante, sobre todo método y mucha paciencia. Saludos.
Eliminarbuenaaa
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